Se está en una sociedad y en un mundo global, donde la información ocupa un lugar importante. Es preciso cambiar de pedagogía y considerar que el educando tiene el potencial para hacer preguntas y responder a esas cuestiones. La integración de las tecnologías así entendidas sabe pasar de estrategias de enseñanza a motivación del aprendizaje; así se permite la formulación de posturas en sus vidas que les ayuden a cuidar y preservar el planeta. De esta manera se participa del desarrollo sostenible y se entiende que desde el interior se generan actitudes y comportamientos personales, para luego realizar acciones que se expanden poco a poco por todo el planeta, hasta contribuir verdaderamente con la cultura ecológica desde el interior de la escuela para que traspase fronteras, y estos cambios se vislumbren en las familias y por ende, en el barrio y en la ciudad-sociedad.
Obtener beneficios del mundo virtual como una oportunidad para conseguir un aprendizaje significativo en los niños y en las niñas, ya que es el mundo más conocido por ellos al estar inmersos en él desde que eran unos embriones.
Dado que en los contextos escolares de la comuna 8 de Medellín, se refleja poca cultura ecológica de los estudiantes de la primera infancia; quienes tiran las basuras al piso, no reciclan, no existe cuidado por el entorno, ni por sí mismos ni por los demás, además de permanecer en continuo conflicto con el entorno por falta de: sensibilización, conocimiento y conciencia frente al uso adecuado de los recursos, el cuidado de su salud física y mental y a nivel de la prevención de accidentes. Se encuentran muy motivados frente al uso de la virtualidad a partir del uso cotidiano de las TICS, pero sin darle un uso más significativo.
Se parte entonces desde los contextos escolares para contribuir con el desarrollo sostenible del planeta en un proyecto que une virtualidad con realidad, para contribuir a la generación de una cultura ecológica y por ende, saludable en los niños y niñas de la primera infancia. Involucrarlos como seres integrales, mediante la comprensión de la relación consigo mismo a través del auto cuidado de la salud, la armonía con los demás seres vivos y con acciones preventivas y de atención al entorno.
Si se crean espacios lúdicos y pedagógico-ambientales, se permitirá a los niños y a las niñas de la primera infancia apropiarse de conceptos que favorecen el entrenamiento en conocimientos, sensibilización y conciencia para generar una cultura ecológica integral.
